Solo el 20% de las víctimas ha recibido atención psicológica adecuada, dejando un gran vacío en la oferta de salud mental.
Durante las Jornadas Internacionales de Psicología Jurídica y Forense que tuvieron lugar del 16 y 17 de octubre de 2024 en la Universidad de Medellín, se hizo un llamado sobre la grave falta de acceso a servicios psicológicos para víctimas y victimarios del conflicto armado en Colombia.
Esta problemática afecta profundamente el bienestar emocional de ambos grupos de acuerdo con analistas, y a esto se le suma la ausencia del Estado en la atención terapéutica que podría ayudar a mitigar los efectos devastadores de la guerra.
Según un estudio del Centro Nacional de Memoria Histórica, más de 9 millones de colombianos han sido reconocidos oficialmente como víctimas del conflicto, muchos de los cuales padecen trastornos como el estrés postraumático, depresión y ansiedad. Además, una investigación de la Defensoría del Pueblo reveló que solo el 20% de las víctimas ha recibido algún tipo de atención psicológica adecuada, evidenciando un gran vacío en la oferta de servicios de salud mental.
Para los victimarios, la situación no es mejor: según la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la falta de acceso a tratamientos terapéuticos en procesos de reintegración contribuye a la reincidencia del 22% en actividades delictivas. Estos datos subrayan la necesidad urgente de implementar políticas que garanticen una atención psicológica integral y continua para todos los afectados por el conflicto.
Juan Guillermo Cárdenas Gómez, magistrado de la Sala de Conocimiento de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Medellín, destacó que, pese a los más de 65 años de conflicto armado en Colombia, tanto las víctimas como los victimarios y las fuerzas armadas siguen sin recibir el tratamiento psicológico adecuado.
“El conflicto ha dejado una estela de traumas, incluyendo estrés postraumático, sentimiento de culpa y estigmatización, especialmente en mujeres víctimas de violencia sexual. Sin embargo, la respuesta estatal ha sido insuficiente, y estas personas continúan sufriendo sin el apoyo necesario”, afirmó el magistrado.
Ausencia del Estado y de las instituciones privadas
De acuerdo con el magistrado, uno de los aspectos más preocupantes es la ausencia del Estado y de las entidades privadas en brindar la atención psicológica requerida debido a la ubicación remota de muchas de las víctimas y victimarios.
“Estos han sido prácticamente olvidados por las instituciones que deberían ofrecer ayuda. El gobierno no ha estado presente para proporcionar el tratamiento terapéutico que estas personas necesitan para superar los traumas de la guerra”, subrayó Cárdenas Gómez.
El magistrado insistió, además, en que el tratamiento de todas las personas que han sido parte del conflicto armado debe ser largo y continuo. “Es fundamental un esfuerzo constante, durante años, para que estas personas puedan reconciliarse consigo mismas y con los demás, logrando un mejor mañana tanto para las víctimas como para los victimarios”, señaló.
A propósito de esto, Juan David Giraldo Rojas, profesor del programa de Psicología de la Universidad de Medellín, también respaldó la importancia de un enfoque integral que incluya tanto a víctimas como a victimarios.
Giraldo sugirió fortalecer el modelo de justicia terapéutica, que se enfoque no solo en las víctimas, sino también en el agresor, como una forma de prevenir futuros delitos y restaurar la confianza en las instituciones.
“En Colombia no se atiende adecuadamente a las víctimas ni se ha mirado con responsabilidad de atención psicológica y psiquiátrica al victimario. Esto nos lleva a tener un vacío no solo en la restauración sino también en la prevención del delito y en la confianza en las instituciones”, destacó el docente de la UdeMedellín.
Ambos expertos coincidieron en la necesidad de una mayor colaboración entre la academia y el Estado, para garantizar que las personas afectadas por el conflicto armado reciban la atención psicológica adecuada, y se logren avances en la reconciliación y la restauración del tejido social en Colombia. Este análisis del magistrado y del docente de la UdeMedellín hizo parte de las Jornadas Internacionales de Psicología Jurídica y Forense, evento con el cual se celebraron los 10 años del programa de Psicología de la Universidad de Medellín.