El Congreso aprobó la Ley del Ruido, que busca gestionar el problema ambiental y cultural y multar a quienes exceden los 90 decibeles.
Medellín y el Valle de Aburrá enfrentan un incremento significativo en los niveles de ruido durante las festividades decembrinas, lo que representa un desafío tanto para la salud pública como para la convivencia ciudadana.
Según Gabriel Jaime Maya Vasco, docente de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Medellín, esta problemática tiene efectos especialmente graves en poblaciones vulnerables como adultos mayores, pacientes hospitalarios, pacientes en centros de salud mental, generando crisis de estrés. También afecta la fauna silvestre y doméstica, provocando desplazamientos de animales y trastornos en las mascotas.
“El ruido en esta época no solo es molesto, sino que tiene impactos graves en la calidad de vida. Las explosiones de pólvora, los volúmenes excesivos de música y el tráfico alterado afectan no solo a los humanos, sino también a los ecosistemas urbanos, desplazando fauna y alterando los patrones de comportamiento de aves y mamíferos. Es urgente tomar medidas concretas para mitigar estos efectos”, indicó el docente.
En respuesta a esta problemática, el Congreso de la República aprobó ayer la Ley del Ruido, una normativa que busca establecer una Política de Calidad Acústica y promover la convivencia respetuosa en el país. La ley contempla la instalación de sistemas de monitoreo de ruido en ciudades principales, campañas de sensibilización ciudadana y sanciones económicas que pueden llegar hasta los 20 millones de pesos para quienes excedan los 90 decibeles permitidos.
El representante a la Cámara, Daniel Carvalho, promotor de la ley, subrayó la importancia de implementar estas regulaciones de manera pedagógica: “No se trata de apagar la fiesta, sino de encontrar un equilibrio. Convivir implica respetar el derecho al descanso ya un ambiente sano. Las sanciones son necesarias, pero deben ir acompañadas de educación ciudadana”.
Por su parte, Gabriel Jaime Maya consideró que esta legislación es un paso crucial, pero no suficiente. “Para que la ley sea efectiva, es fundamental su correcta implementación. Esto incluye monitoreos continuos, tecnología adecuada para medir los niveles de ruido y un enfoque preventivo que fomenta la cultura de respeto desde el ámbito familiar y comunitario.
Con estas medidas, las autoridades esperan mitigar los efectos del ruido en esta temporada, promoviendo un equilibrio entre las celebraciones y la convivencia responsable. La implementación de la Ley del Ruido será observada de cerca como un ejemplo de cómo la legislación puede mejorar la calidad de vida en las ciudades.