Aunque los fenómenos son inevitables, se podría optar a una movilidad más sostenible y analizar el crecimiento poblacional, según docentes investigadores.
Los dos episodios de calidad del aire o épocas en los que la contaminación atmosférica aumenta en el valle de Aburrá son inevitables. Por eso, es necesario una política más estricta frente al uso del automóvil y analizar el crecimiento poblacional desbordado. Así lo explicó Gabriel Jaime Maya, docente del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Medellín.
“Estamos en un valle y en un crecimiento poblacional desbordado, entonces van a continuar esos fenómenos mientras haya crecimiento poblacional, con una necesidad de transportarnos, de vestirnos, de divertirnos, de ir a trabajar, y si seguimos creciendo van a seguir aumentando estas necesidades”, expresó el docente.
Para Maya también es necesario unas políticas más fuertes en cuanto al uso del automóvil, específicamente con la tecnología.
“Hay que trabajar, desde el Gobierno Nacional, en cuanto al uso del automóvil, a la tecnología, para poder ser efectivos como se ha demostrado en países como Chile (que definió que al 2040 que el 100% del transporte público urbano sea eléctrico y que al 2050 los vehículos particulares eléctricos sean el 40% del parque automotor)”, agregó.
De otro lado, Carlos Alberto Echeverri Londoño, también profesor del programa de Ingeniería Ambiental de la UdeMedellín, explicó que dichos episodios de calidad del aire en el valle de Aburrá son cíclicos e inevitables, por más medidas de prevención o corrección que se tomen.
“Generalmente las contingencias atmosféricas obedecen a dos fenómenos. La primera es el cambio de lluvia a tiempo soleado, donde se presenta mucha nubosidad, esto no permite que los rayos del sol calienten la superficie del suelo y que el aire se caliente y se lleve los contaminantes de la atmósfera, pero tenemos también una contaminación exógena que no viene de la misma región, se produce por las quemas a cielo abierto, de mucha cantidad de bosques, estamos hablando de los Llanos Orientales, de la Amazonia”, explicó.
Para Echeverri es poco lo que se puede hacer en la región para evitar esos episodios atmosféricos pero reconoció las acciones que se adelantan desde el Área Metropolitana del Valle de Aburrá como entidad ambiental para medir y mitigar los efectos nocivos de la contaminación en el aire en el área metropolitana.
El docente se refirió al uso del tapabocas en esta época: “todo lo que se puede hacer para proteger la salud de las personas es bienvenido; sin embargo, hay un tamaño de partículas que el tapabocas no puede controlar y es el que más se presenta y no es como tan útil”.
También explicó que otras medidas como el pico y placa y su posible endurecimiento no es tan viable: “tampoco sirven para nada porque ya estamos viendo que es un problema exógeno, no tiene una contribución muy certera en el problema. La mejoría en la calidad del aire es nula”, dijo.
La UdeMedellín asesora en temas de calidad del aire
La Universidad de Medellín, a través del programa de Ingeniería Ambiental, hace parte de la Secretaría Técnica de Redaire que es la red de calidad del aire del valle de Aburrá a la cual asisten los expertos en el tema.
También hace parte de la Mesa de Gobernanza por la Calidad del Aire de Corantioquia y del comité de salud ambiental de la gobernación de Antioquia.
La Institución, también a lo largo de su historia ha contribuido con importantes investigaciones relacionadas con la calidad del aire en Medellín y Antioquia.